Contexto
La historia del Perú se ha construido a partir de la fuerza de su gente. Desde los inicios de la historia de la humanidad, cada hito nos ha permitido repensar lo que es posible. Esta iniciativa surge con la convicción de permitir que la educación superior se convierta en un vehículo de prosperidad para todas y todos.
Por ejemplo, la segunda guerra mundial fue dolorosa pero rompió prejuicios de lo que hasta ese momento se pensó que era posible. En el año de 1948 se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se reconoció a la Educación como un Derecho Fundamental de las Personas.
Sin embargo, se pensó que la educación superior seguiría siendo una prerrogativa de quienes pudieran culminar con éxito la educación básica.
En el Perú de hoy (2020), aún solo 03 de cada 10 personas pueden soñar y concretar una aspiración de educación superior.
Por ello, la educación superior significa una de las herramientas de movilidad social más importantes. Desde hace más de 10 años, se sabe que es muy difícil, casi improbable, conseguir una mejor oportunidad de trabajo sin un título o una certificación tradicional que acredite que uno es efectivamente “competente” para algo y que puede “crear valor”.
El Perú no necesita una élite académica sino mejores oportunidades de progreso para la mayoría.
¿Cuáles serían las probabilidades de que una persona que nació en una ciudad como Andahuaylas y que tuvo que trabajar desde los 12 años para ayudar a su familia tuviera la oportunidad de estudiar en una universidad “prestigiosa” como la Universidad Nacional de Ingeniería y con ello, tener mejores posibilidades para la persona, su familia y entorno.
Este contexto es una oportunidad de reconstruirnos y de reconstruir el futuro. Es momento de re-pensar lo que realmente significa oportunidad, bienestar y posibilidad
Que la educación superior sea un Derecho Fundamental es posible y, por lo tanto, una herramienta al servicio de la personas para permitir su mejor versión y sus mejores aspiraciones para sus familias y sus entornos. La educación superior es una herramienta de desarrollo humano que debe propiciar y acompañar experiencias y reflexiones significativas.
En un contexto incierto como en el que vivimos, la educación, en su nivel más primigenio, debería permitir que todas las personas que aspiren y busquen un futuro próspero
Logren encontrar satisfacción en el proceso de intentar crear una mejor versión de futuro.
Logren encontrar el coraje y sentir el empoderamiento que necesiten para comenzar y seguir intentando solucionar problemas.
Encuentren la motivación en ser parte de algo que los trascienda; de buscar crear algo mejor para ellos, sus familias y sus entornos.